Modelo del ABCA, ansiedad y "pánico escénico"
Actualizado: 18 may 2021
A de autocuidado. B de bienestar. C de confianza. Pienso que así como se suceden en el abecedario, una lleva a la otra, y configuran un sistema interrelacionado por el que transitamos de manera continua.
Ya en otros post hemos hablado acerca del autocuidado: cómo trabajarlo y establecerlo como una prioridad en nuestro día a día. Cuando hemos desarrollado una práctica permanente del autocuidado, se produce una consecuencia natural que tiene que ver con nuestro bienestar. Nos hacemos conscientes de qué necesitamos para sentirnos bien y en equilibrio, y de esa forma se establece un círculo virtuoso; reforzamos lo bueno y nos regulamos de mejor manera. Esto actúa como una base que se va solidificando con el tiempo. Esa solidez debería convertirse en los ladrillos de nuestra confianza.

El último tiempo, he conversado con algunos músicos sobre el pánico escénico. Siempre pienso que hablar de "pánico" escénico es desde ya un error. Me imagino un instrumentista paralizado detrás de las cortinas del teatro, mirando al público, y un director tirándolo del brazo con el fin de traerlo al escenario. Como primera cosa, creo que es importante establecer que lo que llamamos pánico, es el extremo más intenso de un continuo: el de la ansiedad. Cuando hablamos de cualquier temor, podemos pensar en una línea que va de 0 a 10, de menos a más, y desde ahí situarnos. Esto pasa cuando tenemos miedo a las arañas, cuando creemos que no podremos lograr algo, cuando no queremos subirnos a un avión.
Es necesario precisar, porque hay muchos músicos que sienten un "poco de nervio" antes de subir al escenario, y que dista enormemente, de sentir "pánico". Lamentablemente, mucha gente no conoce bien esto, y se sube al carro de la fobia de una vez. Este hecho no es inofensivo: el lenguaje crea realidad, y si yo hablo durante un tiempo que tengo "pánico" de subir al escenario, lo más probable es que termine por sentirlo. Se llama profecía autocumplida.
Por otro lado, a pesar de estar de acuerdo en que para muchos, el hecho de subir al escenario o enfrentar un examen (jurado) puede ser hasta paralizante en sí, no podemos dejar de lado el hecho que cuando recorremos un camino pobre en términos de autocuidado, es poco probable que el resultado de nuestro trabajo se de en base a nuestro 100% ¿no tiene lógica? Lo que vemos al final del túnel es ansiedad, pero los caminos han sido diferentes.
Si junto con practicar duramente, sumas mal dormir, mala alimentación, sedentarismo y aislamiento, excesivo consumo de redes sociales, falta de planificación (un mínimo de hábitos), no sólo te estás negado un auto-cuidado básico, estás alimentando el círculo del MIA (malestar inconscientemente adquirido) y por supuesto estás minando tu confianza. Puedes, de hecho, tener mucha confianza en tu toque, pero está lejos de las posibilidades humanas, poder rendir cerca de tu máximo si te has tratado como un prisionero de guerra tiempo antes de una performance.
Seguiré hablando sobre esto en otro post, pero para terminar por ahora, me gustaría ser muy clara sobre 5 cosas:
La ansiedad existe. Los trastornos ansiosos existen, y en su grado máximo, llevan al desarrollo de fobias, pánico y parálisis (fight-or-flight response).
Los trastornos ansiosos se pueden tratar.
Es normal como músicos, experimentar "algo de nervios" de tanto en tanto. Lo importante es mirar eso, y darle una justa medida (del 1 al 10 ¿cuán nervioso estoy? de esta forma, esa sensación no inunda mi vida).
Si bien existen trastornos ansiosos que son gatillados por estímulos específicos, también podemos "preparar la tierra" para la ansiedad, cuando desarrollamos un pobre esquema de auto-cuidado/bienestar.
La ansiedad hay que visibilizarla, y ponerla fuera. Cuando intentamos hacer de cuenta que no está o no existe, sólo la alimentamos.